Desperté inquieta y con un humor de perros. Había un caos
emocional en el ambiente que me estaba volviendo loca, era tan jodidamente
fuerte que había logrado sacarme del exquisito sueño en el que estaba metida.
Me levante como pude, arrastrando los pies y estirándome como oso saliendo de hibernación.
Pase delante del espejo que había en el pasillo y noté con
algo de risa mi dulce aspecto, mi cabello parecía un nido de pájaros y el lado
derecho de la cara tenía marcado la almohada.
La encontré en el sofá frente al ventanal de la casa, con la
mirada perdida en el patio, y un libro en la mano derecha, el que luchaba por
no caer al suelo.
— ¿Qué mierda te pasa?— el gruñido me salió espontaneo, debo decir que estaba haciendo un
esfuerzo increíble por no ponerme a joder con sus caóticas emociones.
La chica pego un respingo y se giro algo sorprendida.
—Nada—
contestó sin mucho ánimo, mientras volvía a agarrar el libro y pretendía leer.
—No me jodas niña, ¿qué parte de
“puedo detectar todas tus putas emociones” no entiendes?
Sus ojos color avellana me miraron cargados de fastidio,
pero pude notar un brillo especial en ellos, como si quisiera llorar pero se
contuviera.
Camine arrastrando los pies hasta el diván que se encontraba
frente a ella, para luego recostarme, cerrar los ojos y entrelazar las manos
sobre el pecho, como si me encontrara en la consulta de un sicólogo.
—Vamos, dime de una vez que está
pasando por esa extraña cabeza tuya— murmure
tratando de hacerla reír. A la pobre le había tocado lidiar con Helena y
conmigo, nos había acogido en su casa sin siquiera tener que manipularla,
aunque ella creía que sí.
Me miro alzando una ceja, probablemente estaba pensando que
la única extraña en esa habitación era yo.
—No me pasa nada— bufó.
Abrí un ojo mirándola algo sorprendida, cada día que pasaba
se le pegaban más nuestras costumbres, solo esperaba que no terminara matando a
alguien un día.
Pasó la mano por su melena castaña, quitándose el molesto
flequillo de los ojos.
—Deberías volver a cortártelo— le dije mientras acomodaba el mullido cojín bajo mi cabeza.
Dioses, como adoraba
ese diván, era el lugar más cómodo de la casa, luego de mi cama, claro.
—Me aburrí de tener flequillo, de hecho
creo que me dejare crecer el pelo de nuevo— se agarro las puntas mirándolas indecisa
—O de una vez me corto el pelo como niñito y paro de preocuparme por el
Solté una carcajada, la conocía bastante
bien y sabia que intentaba desviar mi atención, lamentablemente las
fluctuaciones de sus emociones eran demasiado intensas como para ignorarlas.
—Vamos enana, dime que sucede, me estas
volviendo loca y me contengo solo porque me das techo y comida— y por qué de
alguna forma comencé a preocuparme por aquella humana.
Soltó un suspiro casi inaudible, note como dejaba el libro
sobre sus piernas y escondía la cara detrás de su cabello.
Mierda, la había cagado, ahora la tristeza y la angustia la cubrían.
No estaba segura, pero probablemente estaba llorando.
—No me pasa nada, mi vida es
perfecta—levanto la cabeza mirándome con una sonrisa de
lo más falsa en la cara—No tengo problemas económicos, mi salud es buena, mi
familia es feliz, mis estudios van bien, nadie me ha roto el corazón, no tengo
ni un puto problema en mi vida, nada que me deba angustiar ni que me desvele en
la noche
Me enderece en el diván algo confundida,
puse los pies en el suelo, apoyando los codos en las rodillas y dejando
descansar mi cabeza en las manos.
—¿Eso fue sarcasmo?
Su risa fue incluso más falsa que la
sonrisa en su cara, sus ojos brillaban por las lágrimas contenidas, volviéndolos un poco más verdes.
—Lo divertido es que no, todo lo que dije
es cierto— se dejo caer contra el respaldo del sofá, inclinando la cabeza hacia
atrás, clavando los ojos en el techo. Una lagrima resbalo por su mejilla, la
que seco rápidamente con brusquedad.
—No comprendo— mierda, a veces los
humanos eran demasiado complicados.
—Yo tampoco— volvió
a reír y a secarse la cara—Debería
andar con una sonrisa pegada en la cara
—Pero si siempre andas así— Su mirada me descoloco, fue de esas que dan las mamas a sus
hijos cuando estos no entienden y son demasiado ingenuos aun para entenderlo.
—Me siento vacía ¿sabes?, no me
gusta estar así, me da miedo— volvió a
soltar esa risa desganada y se mordió el labio dándome una sonrisa ladeada— Soy patética, ¿No crees?
Me levante y fui a sentarme a su lado, seque sus lagrimas de
la forma más delicada que pude. Me ponía nerviosa esta situación, no estaba
acostumbrada a ser amable y no sabía cómo hacer que alguien dejara de llorar,
por lo general era la causante de las lagrimas y los gritos y… bueno de todo
eso. La abracé torpemente, dándole palmaditas en la cabeza lo que la hizo reír,
esta vez de verdad.
—No eres patética, solo eres humana.
Estas asustada, las cosas están cambiando, quizás demasiado rápido, y eso debe tenerte
asustada.
—¿Y el vacío?—Sentí que se acurrucaba
entre mis brazos
—no se… ¿Tranquilidad?—aventure insegura—¿Sabes
que creo?
—No, y dudo que sea algo bueno
Solté una carcajada, ahí estaba la
entretenida humana que se había ganado un milímetro de mi corazón.
—Creo que lo que necesitas es un revolcón
que te quite la estupidez de la cabeza.
Sentí un fuerte golpe en la cabeza, la
mire asombrada, esa chica había perdido totalmente el respeto hacia mi persona,
y ni hablar por el miedo. Solo ella podía golpearme sin miedo a que le
arrancara la mano.
—Solo por eso te traeré al puto más
feo que encuentre— Me levante de un salto y esquive
el cojín asesino que me lanzo. La escuche reír y gritarme cuanto insulto conocía,
y debo decir que soy una pésima influencia para ella.
Suspire aliviada, sus
emociones volvían a tranquilizarse y su cabeza volvía a actuar de la manera
normal. La necesitaba, aunque no quiera admitirlo ni mucho menos decírselo a
ella, la necesito, porque es la cuota de cordura que nos mantiene a Helena y a mí
con vida.
7 comentarios:
10 de junio de 2012, 14:56
Hay hermana, yo creo que hasta en esto nos parecemos o.O el mismo estado de animo eso ya es grave -.-
Te quieroooo y unidas venceremoooos!!!!
10 de junio de 2012, 23:38
Mierda, creo que es contagioso...
11 de junio de 2012, 12:16
Me ha gustado mucho, ams que lo demas que has escrito. Siento que aqui conocemos un poco mas y de alguna manera nos sentimos identificados. (:
sigue escribiendo!!!
11 de junio de 2012, 23:16
Es como ver la historia de mi vida :(
11 de junio de 2012, 23:22
También necesitas un revolcon Mei??!!!
13 de junio de 2012, 21:50
O= ...mi sugar... eso nos pasa a todos! pero te ha quedado genial :D jajaja eres mala influencia >.<
17 de junio de 2012, 13:43
ajajajajajajjajajjajajaajja me gusta¡¡
Publicar un comentario