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| 24 de enero de 2014 | 2 comentarios |
"Y la noche al final se ha convertido en mi momento para auto-lacerarme el alma, mis malditos demonios acechan divertidos, esperando el momento para saltar por mí, algunos son más sutiles y me llevan de a poco, otros caen de una sola vez, cortándome el aliento. Pero sea cual sea, al final siempre termino un poco peor que la noche anterior, con ganas de gritarle a la puta vida, de pedirle explicaciones, de que tenga cojones de decirme ¡¿Por qué?!, quien es el que se divierte viéndome en el suelo, seguro es un gran espectáculo, pero sepa usted que los muñecos se rompen, por mas resistentes que parezcan. 

¿Karma?, estoy segura que bastante tengo que pagar de esta vida, y aun no sé que debo de las anteriores. Probablemente me las quieran cobrar juntas, quizás otra vida no habrá para lo que me quede de alma, y quizás me resten muchas más noches para entretenerme destruyéndome."

Extracto de algo que quizás llegue a existir 

| 12 de enero de 2014 | 3 comentarios |

—¡Cálmate! — la abrace con fuerza para evitar que hiciera algo estúpido. Sus gritos destrozaban mis oídos pero no podía dejarla sola, no quería que se hiciera daño.—Tranquila, solo respira— le dije intentando llevarla hasta el sofá. Mis brazos la aprisionaban con fuerza y sus insistentes intentos por soltarse no tenían resultados.
Sentía su cuerpo tenso, y su corazón martillando con fuerza.
—Todo está bien— susurre cuando dejo de gritar. Sus ojos me miraron con una mezcla de rabia y dolor que me impacto.
—¡Nada está bien!— grito en mi cara alejándome de un fuerte empujón.
La vi agarrar un florero y estamparlo contra la pared.
—¡Todo esta jodidamente mal!—siguió gritando mientras el cenicero se volvía pedazos junto al florero —¡Me tienen harta, quiero que se vayan todos y que me dejen en paz!— cayó con rodillas y manos entre los cristales, estaba tan ida que ni siquiera se percató de los cortes en su piel.
Su trenza se había desarmado y buena parte de su pelo caía ocultando su cara.
—Solo quiero un poco de tranquilidad, de silencio, de soledad— susurró con la voz entrecortada por su llanto. Se sentó de rodillas abrazando su cintura con fuerza, como si se estuviera desarmando. —Quiero que desaparezcan, no soporto escucharlos ni verlos, estoy harta de andar preocupada, de sentir que todo se fue a la mierda y al instante siguiente ver de vuelta el cuento de hadas. Estoy cansada de esperar cosas que jamás pasaran, de inventar historias en mi cabeza, de intentar arreglar el mundo y a las personas… estoy harta de desear con tantas fuerzas cosas imposibles.-
Me acerque despacio arrodillándome con cuidado a su lado, tomé sus manos para revisarlas y vi la sangre brotar por todos esos pequeños cortes.
—No me digas que hay cosas peores, que otras personas la pasan peor… no vivo esas vidas, vivo esta y es una pesadilla— un suspiro agotado salió de su garganta.

No intente darle consuelos sin sentido, solo la abrace y deje que apoyara su frente en mi hombro para que llorara todo lo que necesitaba, para que sacara de su cuerpo esa rabia y ese dolor. 
No podía hacer más y eso me mataba también.