La masacre...

| 26 de febrero de 2013 | |

Bueno, entre la hora, la falta de sueño y otras cosas más... tuve un brote "imaginativo" que me duro toooodo el día y aquí dejo un poco de sus resultados.

Ya saben, si no les gusta se aguantan jajajajja

Adiosin 


—¡No no!, por favor— abrí la puerta asustada al escuchar los agudo grititos al interior del apartamento.
—No lo hagas, te lo ruego— mi corazón se aceleró mientras me pegaba a la pared y caminaba hasta poder ver la sala.



Helena estaba literalmente varada en el sofá, con un bol de papas fritas sobre el estómago y unas cuantas botellas de cervezas sobre la mesa de centro.

—¿Qué tal enana?—me saludo sin quitar la vista de la encimera que dividía la cocina de la sala.

Mi respuesta quedo atorada en mi garganta cuando me di cuenta que era lo que miraba la rubia.
La Sugar estaba detrás de la encimara con una zanahoria, la que tenía…

—¿Esos mondadientes son brazos y piernas?— pregunte al aire, ya que era obvio que si lo eran.
Helena soltó una suave carcajada para luego llevarse unas cuantas papas a la boca.
Me acerque un poco para mirar el desastre que tenía en la encimera, las verduras rebanadas se esparcían por doquier, algunas incluso decoraban el suelo.

—Por favor poderosa Sugar, nos arrepentimos de nuestras ofensas— y ahí me di cuenta que aquella voz, como de pequeñas criaturas, provenía de la Sugar. Movía a la zanahoria como si fuera un muñeco mientras la miraba con desdén.
—Eso debisteis pensarlo antes, la sentencia ha sido decretada y no hay vuelta atrás— sonaba como… sonaba como una lunática o una titiritera, pero sabía que la segunda opción no era la correcta.
Dejó a la señora zanahoria en la encimera y se dio la vuelta.

—¿Qué mierda está pasando?—me senté a los pies de Helena solo para recibir un gruñido por aquello—Es mi sofá, no jodas
—Estas demasiado insolente humanita— nos miramos unos segundos con los ojos entrecerrados como si aquello sirviera de algo—Lleva casi toda la mañana en sus ejecuciones— se encogió de hombros y me ofreció de sus papas mientras se sentaba de una buena vez.
—¿Ejecuciones?—esto comenzaba a asustarme cada vez más.
—Solo espera
Y no tuve que esperar mucho, ya que, Sugar volvía tras la encimera, ahora sosteniendo un artilugio que puso con cuidado sobre esta.
—Eso es…
—Sí, es su mini guillotina, debiste quitársela cuando la aceptaste en tu casa

Y debí revisarles todas las maletas el día que entraron a mi vida, mi departamento parecía una armería del ejército o de la mafia. No era raro que encontrara un par de dagas en el lava platos o balas en los muebles, como si fueran cosas normales.

—Piedad gran Sugar, piedad
—La piedad es para los débiles— sentencio entonces la “poderosa” Sugar.

Helena se me acerco para poder susurrarme al oído, se comportaba como si estuviéramos viendo algún tipo de espectáculo y no quisiera interrumpir.
—No crees que tiene un aire a Jack Nicholson, en esa película— me miró intentando que la ayudara a encontrar el nombre.
—El resplandor— murmure mientras me daba cuenta de cuánta razón tenían sus palabras. La Sugar reía como maniática asesina y sus ojos brillaban con un intenso rojo, solo faltaba la música para hacerlo más espeluznante.
Ambas quedamos en un solemne silencio cuando coloco al vegetativo condenado bajo la hoja de la pequeña guillotina y la hacía caer sobre la… ¿cabeza?
La carcajada, digna de un villano de película, resonó por todo el lugar erizándome los vellos de la nuca.

—¿Qué mierda le paso?—pregunte algo asustada. Si bien sabía que vivía con un par de sociópatas asesinas, rara vez se comportaban de manera sociópata y asesina, al menos no como en esos momentos.
—No sé, quizás es una nueva forma de cocinar— Helena cogió otra cerveza ofreciéndomela— Te perdiste la tortura del pollo
—¡¿Qué?!
—Si quieren lo hago otra vez— ambas dimos un respingo cuando escuchamos a Sugar gritar. Y antes de poder decir nada la dulce rubia estaba colocando un pollo sobre una especie de cama de madera y atando sus extremidades a una cuerda —enana, pon atención, es divertidísimo
Y así comenzó a girar una rueda hasta que tuvimos cuatro presas de pollo en la mesa.

5 comentarios:

Vane Dijo:
26 de febrero de 2013, 2:25

Me gusta! es raro y tal vez por eso me llama la atención.

Escribeeeeeeeeeeeeee mas! y pon de nuevo a Perry en su sitio que este sitio esa muy desprotegido

Judith Dijo:
26 de febrero de 2013, 8:03

Oh ! eso si que es maldad pura, siniestro y terriblemente encantador!
Me gusto !
Besos

H. Kramer Dijo:
26 de febrero de 2013, 11:10

Momento que soy lento!
Quién está narrando aquí?
Está Helena, la Sugar (no sé cual de todos) y quién narra? No entedí! Jajajajaja
Igual me gustó, jajaja.

Bell Skade Dijo:
28 de febrero de 2013, 15:08

Nefiiiii estas son las 3 personas que habitan en la mente de Leny que son: Valeska, Helena y Sugar.
Me encanto, y te dije que mandaras a Sugar a tomar algun curso de algo, esta super aburrida y por eso esta de ociosa.

Besotes te quiero!!!!

Laune Finster Dijo:
8 de agosto de 2013, 23:04

Yo casi me perdí igual que kramer jajajajajaajaj
Me gusto! lastima que era solo pollos? jajajajajajajajajajjajajajaaja

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